Tuesday, September 11, 2007

Greg y Val, historia de dos corazones gay... y play...

El

PREFACIO

-Padre...
-Lyla... Ha pasado mucho tiempo...
-Ya sé Padre pero tengo miedo pues...
-Ya sé Lyla pero quién te manda a andar con ese man...
-Usted mismo que me dio permiso...
-Bueno, bueno, ya...
-Ya, cuénteme entonces...

Wednesday, February 14, 2007

El ojo de la flor.

Por Pipila y Bananarama


Es como meterse adentro del ojo de la flor…Puedo ver la cara de aquel espanto que en verdad es un ángel de luz… ¿A dónde me llevara este túnel con entrada de espejo? Cada vez que te veo y me veo y nos veo como soy yo, como tú, como nosotros, siento que el tiempo se expande entre los tres.

Es como un resorte de colores… como esos que hacía rodar por las escaleras. Tranquila que los tres somos uno… pero sin los tres no hay nada… A lo mejor en verdad somos más… pero no los vemos porque apenas estamos en la tercera dimensión, y también porque el espejo no puede reflejar a aquellos que no quieren verse. Y se rin pong boing como el resorte, como nosotros, como ellos. Dejo a un lado el espejo y me pica el reflejo. Lo siento deslizarse en una enorme llaga aún naciente a la vista, el sentido que mejor suele darse al movimiento. Tras esa cortina picante, pienso en el hambre como sólo ella sola sin el sueño, sin ninguna otra sensación audaz, y casi me enamoro de ella.

A veces me pregunto si todo en verdad es redondo, porque en el girar constantemente es en donde nos encontramos segundo tras segundo. ¿Será que la luna y el sol sí tienen un giro imperceptible? Y es que no puede haber nada estático… Incluso las piedras se mueven constantemente. Pero usted, usted está casi tieso aquí leyéndome… ¿qué tal si se mueve un poco, se relaja, y continúa conmigo este cuento?

Es como lo que sucede cuando dormimos, sin darnos cuenta cruzamos un túnel de colores al ritmo del flujo de un inodoro. ¿Y por qué hay movimientos que no se perciben? Talvez por el miedo devorador que nos carcome a todos, como ese que se siente antes de entrar a una puerta desconocida que conduce a algún o ningún lugar…

No importa, quiero entrar en la mirada de los externos, así que me arriesgo… Y es que ¿Qué podría pasarme? Si al fin y al cabo todos somos infinitos…

Bien, hasta ahora apenas lo he divisado… sí, a usted. ¿Podrá usted responder a alguna de mis preguntas, mientras me afeito? Porque eso es lo que hago cuando pienso en estas cosas que yacen entre lo elemental y lo complementario, justo antes o después de un sueño.

Me gustaría soñar con usted mientras lee.